Colección: Freestyle
Wolf cut en liso y rizado.
De nuevo vemos un corte en el que el volumen, el flequillo y las capas son los protagonistas, tanto en su versión lisa como en la rizada (que es la textura natural de la modelo). En la versión lisa tiene notas setenteras y aires disco, que nos recuerdan a los icónicos looks de Farrah Fawcett, mientras que en la rizada la inspiración es una vuelta a los 80 con albaricoque o apricot blonde, absoluta tendencia, un color perfecto para iluminar las pieles más claras, con las que hace un contraste maravilloso volúmenes redondos, más exagerados, y flequillos abiertos que dan mucho juego. El tono es un cobrizo albaricoque o apricot blonde, absoluta tendencia, un color perfecto para iluminar las pieles más claras, con las que hace un contraste maravilloso.
Peluquería: Salón Cheska.
Fotografía: Erea Azurmendi.
Maquillaje: Ion Villar.
Estilismo: Cristina Terrón.
Los rubios del verano.
Como cada temporada de primavera verano, el rubio es uno de los tonos más buscados, y este año desde Cheska nos proponen dos versiones, ambas muy favorecedoras. Por un lado tenemos la melena larga en un rubio mantequilla, con un toque golden, por otro, el bob shaggy en un rubio nórdico, más beige.
Peluquería: Salón Cheska.
Fotografía: Erea Azurmendi.
Maquillaje: Ion Villar.
Estilismo: Cristina Terrón.
Mermaid waves.
En este look el equipo de Cheska ha trabajado el rubio mantequilla en degradé, con unas ondas muy veraniegas de sirena, súper apetecibles de cara a esta temporada, en un largo que no es excesivo, por el pecho. Destacamos el tono, un rubio mantequilla, más cálido, los rubios del verano. Uno más nórdico, más beige, y otro más Golden, con inspiración miel.
Peluquería: Salón Cheska.
Fotografía: Erea Azurmendi.
Maquillaje: Ion Villar.
Estilismo: Cristina Terrón.
Bowl cut.
En este look vemos dos versiones diferentes del Bowl cut, que como explica María Baras, “es una nueva interpretación del corte carré de toda la vida reinventado con un aire moderno”. En ambos casos el flequillo y las capas tienen un protagonismo total, se deja libre el cuello y se realzan las facciones. “Este corte es perfecto para marcar los ángulos del rostro, especialmente el pómulo, con un toque sexy, peinado en liso y redondo tiene un toque vintage, más alternativo, y con las ondas queda más suave”, añade María Baras. A nivel cromático tenemos dos propuestas, un tono miel caramelo lleno de matices, y un dark chocolate vibrante y luminoso.
Peluquería: Salón Cheska.
Fotografía: Erea Azurmendi.
Maquillaje: Ion Villar.
Estilismo: Cristina Terrón.
Bowl cut.
En este look vemos dos versiones diferentes del Bowl cut, que como explica María Baras, “es una nueva interpretación del corte carré de toda la vida reinventado con un aire moderno”. En ambos casos el flequillo y las capas tienen un protagonismo total, se deja libre el cuello y se realzan las facciones. “Este corte es perfecto para marcar los ángulos del rostro, especialmente el pómulo, con un toque sexy, peinado en liso y redondo tiene un toque vintage, más alternativo, y con las ondas queda más suave”, añade María Baras. A nivel cromático tenemos dos propuestas, un tono miel caramelo lleno de matices, y un dark chocolate vibrante y luminoso.
Peluquería: Salón Cheska.
Fotografía: Erea Azurmendi.
Maquillaje: Ion Villar.
Estilismo: Cristina Terrón.
Wolf cut en liso y rizado.
De nuevo vemos un corte en el que el volumen, el flequillo y las capas son los protagonistas, tanto en su versión lisa como en la rizada (que es la textura natural de la modelo). En la versión lisa tiene notas setenteras y aires disco, que nos recuerdan a los icónicos looks de Farrah Fawcett, mientras que en la rizada la inspiración es una vuelta a los 80 con albaricoque o apricot blonde, absoluta tendencia, un color perfecto para iluminar las pieles más claras, con las que hace un contraste maravilloso volúmenes redondos, más exagerados, y flequillos abiertos que dan mucho juego. El tono es un cobrizo albaricoque o apricot blonde, absoluta tendencia, un color perfecto para iluminar las pieles más claras, con las que hace un contraste maravilloso.
Peluquería: Salón Cheska.
Fotografía: Erea Azurmendi.
Maquillaje: Ion Villar.
Estilismo: Cristina Terrón.
Octopus cut / bob shaggy.
El primero de estos dos cortes es un Octopus cut súper actual con muchísimo volumen hacia delante, mucha capa y un gran protagonismo del flequillo. Después de crear este look, María Baras le hizo otro corte diferente a la modelo, un bob shaggy con mucho movimiento, perfecto para quienes buscan un corte con carácter y que requiere un mantenimiento casi inexistente. En ambos casos el color es un rubio vainilla con la raíz fundida, más oscura, muy natural e ideal para un verano de pelazo sin ningún esfuerzo. “Nos gusta en todas las versiones, desde la clavícula hasta un poco más largo”, matiza María.
Peluquería: Salón Cheska.
Fotografía: Erea Azurmendi.
Maquillaje: Ion Villar.
Estilismo: Cristina Terrón.
Octopus cut / bob shaggy.
El primero de estos dos cortes es un Octopus cut súper actual con muchísimo volumen hacia delante, mucha capa y un gran protagonismo del flequillo. Después de crear este look, María Baras le hizo otro corte diferente a la modelo, un bob shaggy con mucho movimiento, perfecto para quienes buscan un corte con carácter y que requiere un mantenimiento casi inexistente. En ambos casos el color es un rubio vainilla con la raíz fundida, más oscura, muy natural e ideal para un verano de pelazo sin ningún esfuerzo. “Nos gusta en todas las versiones, desde la clavícula hasta un poco más largo”, matiza María.
Peluquería: Salón Cheska.
Fotografía: Erea Azurmendi.
Maquillaje: Ion Villar.
Estilismo: Cristina Terrón.
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